viernes, 12 de diciembre de 2008

eL ImPrEsIoNiSmO








IMPRESIONISMO: Aunque el término Impresionismo se aplica en diferentes artes como música y literatura, su vertiente más conocida, y aquélla que fue la precursora, es la pintura impresionista. El movimiento plástico impresionista se desarrolló a partir de la segunda mitad del siglo XIX en Europa —principalmente en Francia— caracterizado, a grandes rasgos, por el intento de plasmar la luz (la «impresión» visual) y el instante, sin reparar en la identidad de aquello que la proyectaba. Es decir, si sus antecesores pintaban formas con identidad, los impresionistas pintarán el momento de luz, más allá de las formas que subyacen bajo éste. El movimiento fue bautizado por la crítica como Impresionismo con ironía y escepticismo respecto al cuadro de Monet Impresión: sol naciente. Siendo diametralmente opuesto a la pintura metafísica, su importancia es clave en el desarrollo del arte posterior, especialmente del postimpresionismo y las vanguardias.


2- Características: Las características principales pueden ser las siguientes: es una pintura naturalista, que pretende captar el instante, el movimiento, lo fugaz. Cada obra tiene una paleta de colores limitada, que se logran por yuxtaposición de trazos, y en donde no se utiliza el negro.





3- Artistas representativos: Claude Monet, Joseph Mallord, Pierre-Auguste Renoir , William Turner , John Constable, Édouard Manet, Jean-Baptiste, Camille Corot, Alfred Sisley, Hilaire Germain Edgar Degas, Berthe Morisot, Felipe Morales.





William Turner ,Claude Monet ,Camille Corot:












aCtIvIdAdEs 7 y 3 PàG 112

¿Quien fue Garibaldi?


Garibaldi, Giuseppe Nacionalidad: Italia Nació en Niza 1807 - Murió en Caprera 1882 Hijo de un pescador, en su juventud trabajó como marinero enrolado en diversas tripulaciones. En 1834 formó pare del movimiento de la Joven Italia de Mazzini, ganado los galones de capitán en la Marina del Piamonte. En 1843 fracasó en su intento de rebelión en Génova, por lo que, tras ser condenado a muerte, se vio obligado a huir a Sudamérica. Luchó entonces contra Pedro I y, tras pasar a Uruguay, participó en las revueltas contra Oribe, obteniendo el grado de general. Tras volver a Italia, al frente de su Batallón de la Muerte emprendió numerosas batallas a favor de la independencia de los reinos y territorios italianos, ocupados por las potencias extranjeras. Con apoyo francés, intervino en la guerra contra Austria, si bien el cambio de actitud de Napoleón III, apostando súbitamente por la negociación, truncó temporalmente los objetivos de Garibaldi. En las negociaciones de paz, Víctor Manuel II logró de Austria la anexión de Lombardía, tras la que vendrían las de Parma, Módena, Toscana y Romaña, al solicitar sus gobiernos provisionales su unión al Piamonte. El siguiente objetivo de Garibaldi fue entonces lograr la liberación del reino de las Dos Sicilias, en el que Francisco II de Nápoles ejercía una monarquía absoluta. Las constantes revueltas producidas fueron el caldo de cultivo para la expedición de los Mil Camisas Rojas, auspiciada por Cavour. Al frente de su tropa, Garibaldi arribó a Palermo, donde fue recibido con entusiasmo por los rebeldes. Participó entonces en la supresión de la resistencia, dirigiendo más tarde sus tropas hacia Nápoles. Ante esto, obligó a Francisco II a huir y refugiarse en los Estados Pontificios, instaurando en Nápoles una república regida por un gobierno provisional. Ambicionando una Italia unida bajo un solo gobierno radicado en Roma, concibió la idea de marchar sobre los Estados Pontificios, defendidos por tropas francesas. Sin embargo, Víctor Manuel y Cavour, temerosos de perder lo logrado ante una radicalización del conflicto, maniobraron para detener el avance de Garibaldi. Así, las tropas piamontesas tomaron las Marcas y la Umbría, logrando evitar la entrada de Garibaldi en Roma -quien renunció a su objetivo- y su enfrentamiento con los franceses que la custodiaban. El incidente no supuso un enfrentamiento entre el rey del Piamonte y Garibaldi; antes al contrario, el revolucionario reconoció a Víctor Manuel como rey de Italia en una entrevista realizada el 26 de octubre de 1860. El gesto supuso una moderación por parte de los seguidores de Garibaldi, si bien su líder, a pesar de la sintonía con el monarca, mantuvo aun algunas posturas radicales como su anticlericalismo y su enfrentamiento con el Papado, que consideraba un obstáculo para la unificación de Italia. Así, en dos ocasiones intentó entrar en Roma (1862 y 1867), siendo ambas detenido y debiendo retirarse a la isla de Caprera. En su retiro, se dedicó a la escritura de relatos de aventuras y de sus memorias. La conquista de Roma, su gran deseo, no pudo realizarlo personalmente. En 1870 combatía en Francia contra los prusianos cuando conoció la noticia de la invasión. La desaparición de su último objetivo dejó a Garibaldi en una precaria situación. Si durante su vida se había dedicado a luchar en nombre de la libertad y de una Italia unida, ahora que sus objetivos estaban cumplidos se encontraba huérfano de un proyecto vital que cumplimentar. Además, quedaba en una precaria situación económica, debiendo ser sostenido por su familia. Su hostilidad hacia el gobierno le hizo rechazar la pensión que le fue concedida, si bien algo más tarde (1874) accedió a un escaño de diputado. Su entrada en el Congreso fue triunfal, obteniendo el reconocimiento de la Cámara y del monarca. Su figura había traspasado las fronteras de lo humano para convertirlo en una leyenda, un personaje mítico objeto de novelas, poemas y obras biográficas. Los últimos años de su vida los consumió redactando sus memorias y relatando sus vivencias a quienes acudían a visitarle. En 1882, anciano y cansado, falleció en un caluroso mes de julio.



7* Redacta unas lineas sobre la personalidad e importancia de Bismarck.


Otto von Bismarck-Otto Eduard Leopold von Bismarck-Schönhausen (Schönhausen, Magdeburgo; 1 de abril de 1815 - Friedrichsruh; 30 de julio de 1898) llamado el canciller de Hierro, fue un político prusiano, artífice de la unificación alemana y pieza clave de las relaciones internacionales de la segunda mitad del siglo XIX.
Unificación de Alemania-Bismarck consigue unificar Alemania llevando a cabo una serie de guerras. Esta política siempre fue ejecutada con realismo y oportunismo, y no según un plan preestablecido como podría creerse. Para que estas guerras no degeneraran en un conflicto generalizado de imposible gestión, Bismarck desarrolló una política de aproximación con
Rusia (que consideraba indestructible a causa de su tamaño), el Segundo Imperio francés e Inglaterra. En el interior debe luchar primeramente contra la asamblea, hostil hacia su política exterior, pero también contra su soberano, al que consigue manipular.


Fallecimiento-Bismarck es indiscutiblemente el hombre de la reunificación alemana inicial, dotado de un análisis notable del problema que puso a su servicio. Su realismo le hace sacar provecho de todas las ocasiones favorables para lograr su fin. Los historiadores alemanes consideran en nuestros días que su amor a Prusia tuvo consecuencias nefastas.



viernes, 7 de noviembre de 2008

BiOgRaFiA y cUaDrOs dE GoYa

Nadie fue más sordo que Goya al siglo XIX, pese a haber cumplido en él casi tres décadas y haber sobrevivido a sus feroces guerras. Se quedó sordo de verdad cuando amanecía la centuria, pero no ciego. Y a fuer de mirar a su aire se convirtió en un visionario. Ese hombre cabal, lúcido y baturro gestó las pesadillas que creemos tan nuestras afincado en un Versalles provinciano y en una Ilustración de pueblo. La dieciochesca, acanallada España que le tocó vivir le valió para todo y para nada. Su tozudez y brío fueron su patrimonio: con tales alforjas saltó desde su infancia hasta la infancia de las vanguardias, que en el siglo XX lo reivindicaron como maestro. Nadie se explica aún ese raro fenómeno: fue un pintor y un profeta solitario venido desde antiguo hasta ahora mismo sin pasar por la Historia.
Francisco de Goya nació en el año 1746, en Fuendetodos, localidad de la provincia española de Zaragoza, hijo de un dorador de origen vasco, José, y de una labriega hidalga llamada Gracia Lucientes. Avecinada la familia en la capital zaragozana, entró el joven Francisco a aprender el oficio de pintor en el taller del rutinario José Luzán, donde estuvo cuatro años copiando estampas hasta que se decidió a establecerse por su cuenta y, según escribió más tarde él mismo, "pintar de mi invención".
A medida que fueron transcurriendo los años de su longeva vida, este "pintar de mi invención" se hizo más verdadero y más acentuado, pues sin desatender los bien remunerados encargos que le permitieron una existencia desahogada, Goya dibujó e hizo imprimir series de imágenes insólitas y caprichosas, cuyo sentido último, a menudo ambiguo, corresponde a una fantasía personalísima y a un compromiso ideológico, afín a los principios de la Ilustración, que fueron motores de una incansable sátira de las costumbres de su tiempo.
Pero todavía antes de su viaje a Italia en 1771 su arte es balbuciente y tan poco académico que no obtiene ningún respaldo ni éxito alguno; incluso fracasó estrepitosamente en los dos concursos convocados por la Academia de San Fernando en 1763 y 1769. Las composiciones de sus pinturas se inspiraban, a través de los grabados que tenía a su alcance, en viejos maestros como Vouet, Maratta o Correggio, pero a su vuelta de Roma, escala obligada para el aprendizaje de todo artista, sufrirá una interesantísima evolución ya presente en el fresco del Pilar de Zaragoza titulado La gloria del nombre de Dios.
Todavía en esta primera etapa, Goya se ocupa más de las francachelas nocturnas en las tascas madrileñas y de las majas resabidas y descaradas que de cuidar de su reputación profesional y apenas pinta algunos encargos que le vienen de sus amigos los Bayeu, tres hermanos pintores, Ramón, Manuel y Francisco, este último su inseparable compañero y protector, doce años mayor que él. También hermana de éstos era Josefa, con la que contrajo matrimonio en Madrid en junio de 1773, año decisivo en la vida del pintor porque en él se inaugura un nuevo período de mayor solidez y originalidad.
Detalle de su primer Autorretrato (hacia 1773)
Por esas mismas fechas pinta el primer autorretrato que le conocemos, y no faltan historiadores del arte que supongan que lo realizó con ocasión de sus bodas. En él aparece como lo que siempre fue: un hombre tozudo, desafiante y sensual. El cuidadoso peinado de las largas guedejas negras indica coquetería; la frente despejada, su clara inteligencia; sus ojos oscuros y profundos, una determinación y una valentía inauditas; los labios gordezuelos, una afición sin hipocresía por los placeres voluptuosos; y todo ello enmarcado en un rostro redondo, grande, de abultada nariz y visible papada.
Cartonista de la Fábrica de Tapices
Poco tiempo después, algo más enseriado con su trabajo, asiduo de la tertulia de los neoclásicos presidida por Leandro Fernández de Moratín y en la que concurrían los más grandes y afrancesados ingenios de su generación, obtuvo el encargo de diseñar cartones para la Real Fábrica de Tapices de Madrid, género donde pudo desenvolverse con relativa libertad, hasta el punto de que las 63 composiciones de este tipo realizadas entre 1775 y 1792 constituyen lo más sugestivo de su producción de aquellos años. Tal vez el primero que llevó a cabo sea el conocido como Merienda a orillas del Manzanares, con un tema original y popular que anuncia una serie de cuadros vivos, graciosos y realistas: La riña en la Venta Nueva, El columpio, El quitasol y, sobre todo, allá por 1786 o 1787,
El albañil herido.
Este último, de formato muy estrecho y alto, condición impuesta por razones decorativas, representa a dos albañiles que trasladan a un compañero lastimado, probablemente tras la caída de un andamio. El asunto coincide con una reivindicación del trabajador manual, a la sazón peor vistos casi que los mendigos por parte de los pensadores ilustrados. Contra este prejuicio se había manifestado en 1774 el conde de Romanones, afirmando que "es necesario borrar de los oficios todo deshonor, sólo la holgazanería debe contraer vileza". Asimismo, un edicto de 1784 exige daños y perjuicios al maestro de obras en caso de accidente, establece normas para la prudente elevación de andamios, amenaza con cárcel y fuertes multas en caso de negligencia de los responsables y señala ayudas económicas a los damnificados y a sus familias. Goya coopera, pues, con su pintura, en esta política de fomento y dignificación del trabajo, alineándose con el sentir más progresista de su época.
El quitasol (1776-78, Museo del Prado)
Hacia 1776, Goya recibe un salario de 8.000 reales por su trabajo para la Real Fábrica de Tapices. Reside en el número 12 de la madrileña calle del Espejo y tiene dos hijos; el primero, Eusebio Ramón, nacido el 15 de diciembre de 1775, y otro nacido recientemente, Vicente Anastasio. A partir de esta fecha podemos seguir su biografía casi año por año. En abril de 1777 es víctima de una grave enfermedad que a punto está de acabar con su vida, pero se recupera felizmente y pronto recibe encargos del propio príncipe, el futuro Carlos IV. En 1778 se hacen públicos los aguafuertes realizados por el artista copiando cuadros de Velázquez, pintor al que ha estudiado minuciosamente en la Colección Real y de quien tomará algunos de sus asombrosos recursos y de sus memorables colores en obra futuras.
Pintor de la corte
Al año siguiente solicita sin éxito el puesto de primer pintor de cámara, cargo que finalmente es concedido a un artista diez años mayor que él, Mariano Salvador Maella. En 1780, cuando Josefa concibe un nuevo hijo de Goya, Francisco de Paula Antonio Benito, ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con el cuadro Cristo en la cruz, que en la actualidad guarda el Museo del Prado de Madrid, y conoce al mayor valedor de la España ilustrada de entonces, Gaspar Melchor de Jovellanos, con quien lo unirá una estrecha amistad hasta la muerte de este último en 1811. El 2 de diciembre de 1784 nace el único de sus hijos que sobrevivirá, Francisco Javier, y el 18 de marzo del año siguiente es nombrado subdirector de Pintura de la Academia de San Fernando. Por fin, el 25 de junio de 1786, Goya y Ramón Bayeu obtienen el título de pintores del rey con un interesante sueldo de 15.000 reales al mes.
A sus cuarenta años, el que ahora es conocido en todo Madrid como Don Paco se ha convertido en un consumado retratista, y se han abierto para él todas las puertas de los palacios y algunas, más secretas, de las alcobas de sus ricas moradoras, como la duquesa Cayetana, la de Alba, por la que experimenta una fogosa devoción. Impenitente aficionado a los toros, se siente halagado cuando los más descollantes matadores, Pedro Romero, Pepe-Hillo y otros, le brindan sus faenas, y aún más feliz cuando el 25 de abril de 1789 se ve favorecido con el nombramiento de pintor de cámara de los nuevos reyes Carlos IV y doña María Luisa.
La enfermedad y el aislamiento
Pero poco tiempo después, en el invierno de 1792, cae gravemente enfermo en Sevilla, sufre lo indecible durante aquel año y queda sordo de por vida. Tras meses de postración se recupera, pero como secuela de la enfermedad pierde capacidad auditiva. Además, anda con dificultad y presenta algunos problemas de equilibrio y de visión. Se recuperará en parte, pero la sordera será ya irreversible de por vida.
La historia ha especulado en múltiples ocasiones sobre cuál fue la enfermedad de Goya. Los médicos (fue atendido por los mejores facultativos del momento) no coincidieron en cuanto al diagnóstico. Algunos achacaron el mal a una enfermedad venérea, otros a una trombosis, otros al síndrome de Menière, que está relacionado con problemas del equilibrio y del oído. También, más recientemente, se ha creído que podía haberse intoxicado con algunos de los componentes de las pinturas que usaba.
Comenzó, entonces, una nueva etapa artística para Goya. Debido a la pérdida de audición y a las secuelas de la grave enfermedad que había padecido, el maestro tuvo que adaptarse a un nuevo tipo de vida. No menguó, pese a lo que se ha dicho en ocasiones, su capacidad productiva ni su genio creativo. Siguió pintando y todavía realizaría grandes obras maestras de la historia del arte. La pérdida de capacidad auditiva le abriría, sin lugar a dudas, las puertas de un nuevo universo pictórico. Los graves problemas de comunicación y relación que la sordera ocasionan, harían también que Goya iniciase un proceso de introversión y aislamiento. El pesimismo, la representación de una realidad deformada y el matiz grotesco de algunas de sus posteriores pinturas son, en realidad, una manifestación de su aislada y singular (aunque extremadamente lúcida) interpretación de la época que le tocó vivir.
Por obvios problemas de salud Goya tuvo que dimitir como director de pintura de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en 1797. Un año más tarde él mismo confesaba que no le era posible ocuparse de los menesteres de su profesión en la Real Fábrica de Tapices por hallarse tan sordo que tenía que comunicarse gesticulando.
Majas y Caprichos
Desde los años de infancia, en las Escuelas Pías de Zaragoza, por donde Goya pasó sin pena ni gloria, une al pintor una entrañable amistad, que pervivirá hasta la muerte, con Martín Zapater, a quien a menudo escribe cartas donde deja constancia de pormenores de su economía y de otras materias personales y privadas. Así, en epístola fechada en Madrid el 2 de agosto de 1794, menciona, bien que pudorosamente, la más juguetona y ardorosa de sus relaciones sentimentales: "Más te valía venirme a ayudar a pintar a la de Alba, que ayer se me metió en el estudio a que le pintara la cara, y se salió con ello; por cierto que me gusta más pintar en lienzo, que también la he de retratar de cuerpo entero." El 9 de junio de 1796 muere el duque de Alba, y en esa misma primavera Goya se traslada a Sanlúcar de Barrameda con la duquesa de Alba, con quien pasa el verano, y allí regresa de nuevo en febrero de 1797. Durante este tiempo realiza el llamado Album A, con dibujos de la vida cotidiana, donde se identifican a menudo retratos de la graciosa doña Cayetana. La magnánima duquesa firma un testamento por el cual Javier, el hijo del artista, recibirá de por vida un total de diez reales al día.
Detalle de La maja desnuda
De estos hechos arranca la leyenda que quiere que las famosísimas majas de Goya,
La maja vestida y La maja desnuda, condenadas por la Inquisición como obscenas tras reclamar amenazadoramente la comparecencia del pintor ante el Tribunal, fueran retratos de la descocada y maliciosa doña Cayetana, aunque lo que es casi seguro es que los lienzos fueron pintados por aquellos años. También se ha supuesto, con grandes probabilidades de que sea cierto, que ambos cuadros estuvieran dispuestos como anverso y reverso del mismo bastidor, de modo que podía mostrarse, en ocasiones, la pintura más decente, y en otras, como volviendo la página, enseñar la desnudez deslumbrante de la misma modelo, picardía que era muy común en Francia por aquel tiempo en los ambientes ilustrados y libertinos.
Las obras se hallaron, sea como fuere, en 1808 en la colección del favorito Godoy; eran conocidas por el nombre de "gitanas", pero el misterio de las mismas no estriba sólo en la comprometedora posibilidad de que la duquesa se prestase a aparecer ante el pintor enamorado con sus relucientes carnes sin cubrir y la sonrisa picarona, sino en las sutiles coincidencias y divergencias entre ambas. De hecho, la maja vestida da pábulo a una mayor morbosidad por parte del espectador, tanto por la provocativa pose de la mujer como por los ceñidos y leves ropajes que recortan su silueta sinuosa, explosiva en senos y caderas y reticente en la cintura, mientras que, por el contrario, la piel nacarada de la maja desnuda se revela fría, académica y sin esa chispa de deliciosa vivacidad que la otra derrocha.
Un nuevo misterio entraña la inexplicable retirada de la venta, por el propio Goya, de una serie maravillosa y originalísima de ochenta aguafuertes titulada Los Caprichos, que pudieron adquirirse durante unos pocos meses en la calle del Desengaño nº 1, en una perfumería ubicada en la misma casa donde vivía el pintor. Su contenido satírico, irreverente y audaz no debió de gustar en absoluto a los celosos inquisidores y probablemente Goya se adelantó a un proceso que hubiera traído peores consecuencias después de que el hecho fuera denunciado al Santo Tribunal. De este episodio sacó el aragonés una renovada antipatía hacia los mantenedores de las viejas supersticiones y censuras y, naturalmente, una mayor prudencia cara al futuro, entregándose desde entonces a estos libres e inspirados ejercicios de dibujo según le venía en gana, pero reservándose para su coleto y para un grupo selecto de allegados los más de ellos.
Mientras, Goya va ganando tanto en popularidad como en el favor de los monarcas, hasta el punto de que puede escribir con sobrado orgullo a su infatigable corresponsal Zapater: "Los reyes están locos por tu amigo"; y en 1799, su sueldo como primer pintor de cámara asciende ya a 50.000 reales más cincuenta ducados para gastos de mantenimiento. En 1805, después de haber sufrido dos duros golpes con los fallecimientos de la joven duquesa de Alba y de su muy querido Zapater, se casa su hijo Javier, y en la boda conoce Goya a la que será su amante de los últimos años: Leocadia Zorrilla de Weiss.
El horror de la guerra
El 3 de mayo de 1808, al día siguiente de la insurrección popular madrileña contra el invasor francés, el pintor se echa a la calle, no para combatir con la espada o la bayoneta, pues tiene más de sesenta años y en su derredor bullen las algarabías sin que él pueda oír nada, sino para mirar insaciablemente lo que ocurre. Con lo visto pintará algunos de los más patéticos cuadros de historia que se hayan realizado jamás: el Dos de mayo, conocido también como
La carga de los mamelucos en la Puerta del Sol de Madrid y el lienzo titulado Los fusilamientos del 3 de mayo en la montaña del Príncipe Pío de Madrid.
En
Los fusilamientos del 3 de mayo, la solución plástica a esta escena es impresionante: los soldados encargados de la ejecución aparecen como una máquina despersonalizada, inexorable, de espaldas, sin rostros, en perfecta formación, mientras que las víctimas constituyen un agitado y desgarrador grupo, con rostros dislocados, con ojos de espanto o cuerpos yertos en retorcido escorzo sobre la arena encharcada de sangre. Un enorme farol ilumina violentamente una figura blanca y amarilla, arrodillada y con los brazos formando un amplio gesto de desafiante resignación: es la figura de un hombre que está a punto de morir.
Los fusilamientos del 3 de mayo (detalle)
Durante la llamada guerra de la Independencia, Goya irá reuniendo un conjunto inigualado de estampas que reflejan en todo su absurdo horror la sañuda criminalidad de la contienda. Son los llamados Desastres de la guerra, cuyo valor no radica exclusivamente en ser reflejo de unos acontecimientos atroces sino que alcanza un grado de universalidad asombroso y trasciende lo anecdótico de una época para convertirse en ejemplo y símbolo, en auténtico revulsivo, de la más cruel de las prácticas humanas.
El pesimismo goyesco irá acrecentándose a partir de entonces. En 1812, muere su esposa, Josefa Bayeu; entre 1816 y 1818 publica sus famosas series de grabados, la Tauromaquia y los Disparates; en 1819 decora con profusión de monstruos y sórdidas tintas una villa que ha adquirido por 60.000 reales a orillas del Manzanares, conocida después como la Quinta del Sordo: son las llamadas "pinturas negras", plasmación de un infierno aterrante, visión de un mundo odioso y enloquecido; en el invierno de 1819 cae gravemente enfermo pero es salvado in extremis por su amigo el doctor Arrieta, a quien, en agradecimiento, regaló el cuadro titulado Goya y su médico Arrieta (1820, Institute of Art, Minneápolis). En 1823, tras la invasión del ejército francés los Cien Mil Hijos de San Luis, venido para derrocar el gobierno liberal, se ve condenado a esconderse y al año siguiente escapa a Burdeos, refugiándose en casa de su amigo Moratín.
Retrato de Goya de Vicente López
En 1826, Goya regresó a Madrid, donde permaneció dos meses, para marchar de nuevo a Francia. Durante esta breve estancia el pintor Vicente López Portaña (que se encontraba en su mejor momento de prestigio y técnica) realizó un retrato de Goya, cuando éste contaba ya con ochenta años. Enfrentado al viejo maestro, de rostro aún tenso y enérgico, López Portaña llevó a cabo la obra más recia y valiosa de su extensísima actividad de retratista, tantas veces derrochada en la minucia cansada de traducir encajes, rasos o terciopelos con aburrida perfección. Este lienzo, hoy en el Museo del Prado, es el retrato más conocido de Goya, mucho más, incluso, que los también famosos autorretratos del pintor.
El maestro murió en Burdeos, hacia las dos de la madrugada del 16 de abril de 1828, tras haber cumplido ochenta y dos años, siendo enterrado en Francia. En 1899 sus restos mortales fueron sepultados definitivamente en la ermita de San Antonio de la Florida, en Madrid, cien años después de que Goya pintara los frescos de dicha iglesia (1798).
Saturno devorando a un hijo (detalle)
En el Museo del Prado se conserva La joven de Burdeos o La lechera de Burdeos (1825-1827), una de sus últimas obras. Pero acaso su auténtico testamento había sido fijado ya sobre el yeso en su quinta de Madrid algunos años antes:
Saturno devorando a un hijo, es sin duda, una de las pinturas más inquietantes de todos los tiempos, síntesis inimitable de un estilo, que reúne extrañamente lo trágico y lo grotesco, y espejo de un Goya, visionario, sutil, penetrante, lúcido y descarnado.






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viernes, 31 de octubre de 2008

actividades página 40

1. Escribe qué era o quién era: Motín del té, Benjamin Franklin, George Washington, Jorge III, Saratoga, Puerto de Boston,Tratado de Versalles, trece colonias.

*El Motín del té: En 1765, representantes de nueve colonias de los Estados Unidos se reunieron como Congreso sobre la Ley del Timbre y protestaron contra el nuevo impuesto. Los comerciantes se negaron a vender productos británicos, los distribuidores de sellos se vieron amenazados por la muchedumbre enardecida y la mayoría de los colonos sencillamente se negó a comprar los mencionados sellos. El parlamento británico se vio forzado a revocar la Ley del Timbre, pero hizo cumplir la Ley de Alojamiento, decretó impuestos al y a otros productos y envió funcionarios aduaneros a Boston a cobrar esos aranceles. De nuevo los colonos optaron por desobedecer, así que se enviaron soldados británicos a Boston. Este hecho se recuerda como el Motín del té.
Las tensiones se aliviaron cuando Lord North, el nuevo Ministro de Hacienda británico, eliminó todos los nuevos impuestos salvo el del té. En 1773, un grupo de patriotas respondió a dicho impuesto escenificando la Fiesta del Té de Boston: disfrazados de indígenas, abordaron buques mercantes británicos y arrojaron al agua, en el puerto de Boston, 342 huacales de té. El parlamento promulgó entonces las "Leyes Intolerables": la independencia del gobierno colonial de Massachusetts fue drásticamente restringida y se enviaron más soldados británicos al puerto de Boston, que ya estaba cerrado a los buques mercantes. En septiembre de 1774 tuvo lugar en Filadelfia el Primer Congreso Continental, reunión de líderes coloniales que se oponían a lo que percibían como opresión británica en las colonias. Estos líderes instaron a los colonos a desobedecer las Leyes Intolerables y a boicotear el comercio británico. Los colonos empezaron a organizar milicias y a almacenar armas y municiones.


*Benjamin Franklin: Benjamin Franklin fue el decimoquinto hijo de un total de diecisiete hermanos (cuatro medio hermanos de padre y el resto hermanos de padre y madre). Su formación se limitó a estudios básicos en la South Grammar School, y sólo hasta los diez años (1714 - 1720). Primero trabajó ayudando a su padre en la fábrica de velas y jabones de su propiedad. Tras buscar satisfacción en otros oficios (marino, carpintero, albañil, tornero), a los doce años empezó a trabajar como aprendiz en la imprenta de su hermano, James Franklin. Por indicación de éste, escribe sus dos únicas poesías, "La tragedia del faro" y "Canto de un marino cuando se apresó al famoso Teach, también conocido por Barbanegra el pirata".

Abandonó este género por las críticas de su padre. Cuando tenía 15 años, su hermano fundó el New England Courant, considerado como el primer periódico realmente independiente de las colonias británicas. En dicho diario, Benjamin escribió sus primeras obras, con el pseudónimo de Silence Dogood (entrometido silencioso). Con él escribe sus primeros artículos periodísticos, de tono crítico con las autoridades de la época.
En 1723 se estableció en Filadelfia, pero en 1724 viajó a Inglaterra para completar y acabar su formación como impresor en la imprenta de Palmer. Allí publica Disertación sobre la libertad y la necesidad, sobre el placer y el dolor. Regresó a Filadelfia el 11 de octubre de 1726. Inicialmente trabajó como administrativo para Denham. En 1727, tras recuperarse de una pleuritis, co-fundó el club intelectual Junto, y al año siguiente se estableció con su socio Meredith en su primera imprenta propia.
En septiembre de 1729 compró el periódico La Gaceta de Pensilvania, que publicó hasta 1748. En 1730 contrajo matrimonio con Deborah Read, con la que tuvo tres hijos, William (1731), Francis (1733) y Sarah (1743). Publicó además el Almanaque del pobre Richard (1733 - 1757) y fue el encargado de la emisión de papel moneda en las colonias británicas de América (1727).
En 1731 participó en la fundación de la primera biblioteca pública de Filadelfia, y ese mismo año se adhirió a la masonería. En 1736 fundó la Union Fire Company, el primer cuerpo de bomberos de Filadelfia. También participó en la fundación de la Universidad de Pensilvania (1749) y el primer hospital de la ciudad. En 1763 se dedica a realizar viajes a Nueva Jersey, Nueva York y Nueva Inglaterra para estudiar y mejorar el Servicio Postal de los Estados Unidos. Pasó casi todo su último año de vida encamado, enfermo nuevamente de pleuritis. Sin embargo, no cesó en sus actividades políticas durante ese periodo. Finalmente, murió por agravamiento de su enfermedad en 1790, a la edad de 84 años.
Afortunadamente, tenemos mucha información sobre la vida y los puntos de vista de Franklin, debido a que a los 40 años comenzó a escribir su autobiografía (supuestamente para su hijo). Ésta fue publicada a título póstumo con el título de La vida privada de Benjamin Franklin. La primera edición vio la luz en París en marzo de 1791 (Memoires De La Vie Privee), menos de un año después de su muerte, y en 1793 estaba disponible la traducción al inglés (The Private Life of the Late Benjamin Franklin).

*George Washington: George Washington (22 de febrero de 173214 de diciembre de 1799), fue el primer Presidente de los Estados Unidos (1789 – 1797) y Comandante en jefe del Ejército Continental de las fuerzas revolucionarias en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos (1775–1783).
Washington empezó a ganar trofeos, armando tropas de Virginia (Estados Unidos) para apoyar al Imperio Británico durante la Guerra Franco-Indígena (1754–1763), un conflicto que él inadvertidamente ayudó a iniciar. Después de liderar la victoria estadounidense en la guerra de revolución, renunció a sus cargos militares y regresó a la vida de plantador, acto que le trajo aún más renombre. En 1787, presidió la Convención de Filadelfia que esbozó la Constitución de los Estados Unidos de América y en 1789, fue elegido de manera unánime como el primer presidente de los Estados Unidos. Sus dos períodos de administración establecieron muchas políticas y tradiciones que existen hasta el día de hoy. Antes de la terminación de su período de gobierno, Washington se retiró nuevamente a la vida civil, estableciendo un importante precedente de cambio de gobierno pacífico que ha servido de ejemplo no sólo en los Estados Unidos sino también en otras futuras repúblicas.

*Jorge III: Jorge III del Reino Unido (4 de junio de 173829 de enero de 1820) fue rey de Gran Bretaña e Irlanda desde el 25 de octubre de 1760 hasta el 1 de enero de 1801, y a partir de entonces rey del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda hasta su muerte. Simultáneamente ostentó los títulos de duque de Brünswick-Luneburgo, y Elector de Hannover. El electorado se convirtió en el Reino de Hannover el 12 de octubre de 1814.
Jorge fue el tercer monarca británico de la Casa de Hannover, pero el primero en nacer en Gran Bretaña y usar el inglés como lengua materna. Durante el reinado de Jorge III, Gran Bretaña se alzo como la primera potencia dominante, extendió su poder por Norteamérica, incluyendo la conquista de Canadá tras la Guerra de los Siete Años, gano la supremacía en el océano y derrotó a Napoleón en las Guerras Napoleónicas, pero sin duda alguna, el Rey Jorge III será recordado por la pérdida de las colonias, que formarían el núcleo de los futuros EE. UU.
Más tarde en su reinado Jorge III sufrió de una recurrente y finalmente permanente enfermedad mental. Se piensa ahora que sufrió de desórdenes mentales y nerviosos como una consecuencia de la enfermedad sanguínea llamada porfiria, que ha afectado a varios monarcas británicos. Recientemente, los científicos han descubierto altos niveles de arsénico en el cabello del rey Jorge III, por lo que se podría suponer que ésta fue una posible causa de la locura y los problemas de salud de Jorge III. El dramaturgo Alan Bennett escribió una obra de éxito sobre este tema y el director Nicholas Hytner la llevó al cine con el título La locura del rey Jorge.
Después de una recaída final en 1811, el primogénito de Jorge III, Jorge, príncipe de Gales, gobernó como regente. Tras de la muerte de Jorge III, el príncipe de Gales sucedió a su padre en el trono con el nombre de Jorge IV.
A Jorge III se le conoció con el sobrenombre de Granjero Jorge, por sus modales simples y llanos.

*Saratoga: Jorge III del Reino Unido (4 de junio de 173829 de enero de 1820) fue rey de Gran Bretaña e Irlanda desde el 25 de octubre de 1760 hasta el 1 de enero de 1801, y a partir de entonces rey del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda hasta su muerte. Simultáneamente ostentó los títulos de duque de Brünswick-Luneburgo, y Elector de Hannover. El electorado se convirtió en el Reino de Hannover el 12 de octubre de 1814.
Jorge fue el tercer monarca británico de la Casa de Hannover, pero el primero en nacer en Gran Bretaña y usar el inglés como lengua materna. Durante el reinado de Jorge III, Gran Bretaña se alzo como la primera potencia dominante, extendió su poder por Norteamérica, incluyendo la conquista de Canadá tras la Guerra de los Siete Años, gano la supremacía en el océano y derrotó a Napoleón en las Guerras Napoleónicas, pero sin duda alguna, el Rey Jorge III será recordado por la pérdida de las colonias, que formarían el núcleo de los futuros EE. UU.
Más tarde en su reinado Jorge III sufrió de una recurrente y finalmente permanente enfermedad mental. Se piensa ahora que sufrió de desórdenes mentales y nerviosos como una consecuencia de la enfermedad sanguínea llamada porfiria, que ha afectado a varios monarcas británicos. Recientemente, los científicos han descubierto altos niveles de arsénico en el cabello del rey Jorge III, por lo que se podría suponer que ésta fue una posible causa de la locura y los problemas de salud de Jorge III. El dramaturgo Alan Bennett escribió una obra de éxito sobre este tema y el director Nicholas Hytner la llevó al cine con el título La locura del rey Jorge.
Después de una recaída final en 1811, el primogénito de Jorge III, Jorge, príncipe de Gales, gobernó como regente. Tras de la muerte de Jorge III, el príncipe de Gales sucedió a su padre en el trono con el nombre de Jorge IV.
A Jorge III se le conoció con el sobrenombre de Granjero Jorge, por sus modales simples y llanos.El objetivo final de esta maniobra era destruir el ejército colonial y eliminar o capturar a George Washington. Si conseguían atraerlo a una batalla en la que reunieran a todos sus hombres y las armas de que disponían los rebeldes, la victoria estaba prácticamente asegurada para los británicos, que lograrían el ansiado restablecimiento del control imperial en América del Norte.
El rey Jorge III aprobó el plan con entusiasmo, pero el general Howe, que nunca recibió instrucciones precisas desde el gobierno de Londres, prefirió cargar en solitario contra Filadelfia (origen y foco de la revuelta independentista) en vez de reunirse con Burgoyne en Albany. Marchó por su cuenta y riesgo con la mayor parte de sus tropas en dirección contraria, hacia el sur, dejando una guarnición de 8.000 hombres en Nueva York al mando de Sir Henry Clinton.

*Puerto de Boston:





El martes 16 de diciembre de 1773 tuvo lugar en Boston el denominado Boston Tea Party, en el que se lanzó al mar todo un cargamento de té. Este fue un acto de protesta de los colonos americanos contra Gran Bretaña, considerado como un incentivo para dar inicio a la Guerra de Independencia de Estados Unidos.
La rebelión de los colonos en el puerto de Boston, Estados Unidos, nace como consecuencia de la aprobación por Gran Bretaña en 1767 de nuevos derechos de aduana que gravaEl Tratado de París o Tratado de Versalles se firmó el 3 de septiembre de 1783 entre Gran Bretaña y Estados Unidos y puso término a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. El cansancio de los participantes y la evidencia de que la distribución de fuerzas, con el predominio inglés en el mar, hacía imposible un desenlace militar, que condujo al cese de las hostilidades.
El tratado fue firmado por David Hartley (un miembro del
Parlamento del Reino Unido que representaba al rey Jorge III), John Adams, Benjamin Franklin y John Jay (representando a los Estados Unidos). El tratado fue ratificado por el Congreso de la Confederación el 14 de enero de 1784, y por los Británicos el 9 de abril de 1784.ban las importaciones a la metrópoli de distintos productos, incluido el , para beneficiar a la Compañía Británica de las Indias Orientales a quien los americanos boicoteaban comprando el té de Holanda.



*Tratado de Versalles: El Tratado de París o Tratado de Versalles se firmó el 3 de septiembre de 1783 entre Gran Bretaña y Estados Unidos y puso término a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. El cansancio de los participantes y la evidencia de que la distribución de fuerzas, con el predominio inglés en el mar, hacía imposible un desenlace militar, que condujo al cese de las hostilidades.
El tratado fue firmado por David Hartley (un miembro del Parlamento del Reino Unido que representaba al rey Jorge III), John Adams, Benjamin Franklin y John Jay (representando a los Estados Unidos). El tratado fue ratificado por el Congreso de la Confederación el 14 de enero de 1784, y por los Británicos el 9 de abril de 1784.

De forma resumida, mediante este tratado:
Se reconocía la independencia de las Trece Colonias como los Estados Unidos de América[1] (Artículo 1) y otorgó a la nueva nación todo el territorio al norte de Florida, al sur del Canadá y al este del río Misisipi. El paralelo 32º se fijaba como frontera norte. Gran Bretaña renunció, asimismo al valle del río Ohio y dio a Estados Unidos plenos poderes sobre la explotación pesquera de Terranova (Artículos 2 y 3).
El reconocimiento de las deudas contratadas legítimas debían pagarse a los acreedores de ambas partes (Artículo 4).
Los Estados Unidos prevendrían futuras confiscaciones de las propiedades de los "Leales" —colonos británicos que permanecieron leales a la corona británica durante la revolución americana— (Artículo 6).
Los prisioneros de guerra de ambos bandos debían ser liberados (Artículo 7).
Gran Bretaña y los Estados Unidos tendrían libre acceso al río Misisipi (Artículo 8).
Los británicos firmaron también el mismo día acuerdos por separado con España, Francia y los Países Bajos, que ya habían sido negociados con anterioridad:
España mantenía los territorios recuperados de Menorca y Florida oriental y occidental. Por otro lado recuperaba las costas de Nicaragua, Honduras (Costa de los Mosquitos) y Campeche. Se reconocía la soberanía española sobre la colonia de Providencia y la inglesa sobre Bahamas. Sin embargo, Gran Bretaña conservaba la estratégica posición de Gibraltar —Londres se mostró inflexible, ya que el control del Mediterráneo era impracticable sin la fortaleza de la Roca.
Francia: Se le cedió Luisiana, San Pedro y Miquelón, Santa Lucía y Tobago. Se le otorgó el derecho de pesca en Terranova. También recupera algunos enclaves en las Antillas, además de las plazas del río Senegal en África.
Los Países Bajos recibían Sumatra, estando obligados a entregar Negapatam (en la India) a Gran Bretaña y a reconocer a los ingleses el derecho de navegar libremente por el Océano Índico.
Gran Bretaña mantenía a Canadá bajo su Imperio, a pesar de que los estadounidenses trataron de exportar a tierras canadienses su revolución.
*Tratodo de Versalles: